Jóvenes de la comunidad Wichí del barrio 50 Viviendas, de la ciudad de Ingeniero Juárez de Formosa, sufrieron un hecho de represión por parte de la Policía provincial, durante la madrugada del miércoles 20 de diciembre, alrededor de las 4 am, mientras volvían a sus casas al ingresar a su barrio.
Dos adolescentes fueron agredidos por la policía con balas de goma, uno en la rodilla y otro en la espalda. Además, otros cinco originarios, en su mayoría menores, fueron detenidos, violando los tratados internacionales sobre los derechos de las niñas, niños y adolescentes; por este motivo, fueron liberados ese mismo día.
Luego, a las 6 am aproximadamente, los policías volvieron y arrestaron a tres jóvenes en distintos puntos de Juárez, que fueron trasladadas a la comisaría de Las Lomitas. Además, estas detenciones no tenían nada que ver con los hechos que originaron el primer operativo. Sin embargo, el día 22 de diciembre siendo las 16:30 horas fueron liberados.
Los vecinos del lugar denuncian que la represión no fue un hecho aislado, sino que constituye un episodio más del largo asedio de las Fuerzas de Seguridad en Ingeniero Juárez contra las comunidades originarias.
Ana María Agüero, tía de los heridos y vecina, relató que la pesadilla comenzó alrededor de las tres de la madrugada, cuando un grupo de jóvenes wichí volvían a sus casas y fueron insultados por efectivos policiales, lo que originó un enfrentamiento y luego una persecución. Ana denunció que “siempre es así, nos reprimen a todos y después dicen que somos nosotros los que empezamos”.
Los heridos estuvieron más de 12 horas sin atención médica, ya que la ambulancia no llegaba. Según testimoniaron los pobladores, en Juárez los wichís no van al hospital, porque los maltratan o los detienen, entonces se quedan en sus casas, abandonados a su suerte.
Además, Ana María agregó: “Estamos con miedo porque no confiamos en la Policía formoseña, en cada esquina hay siempre 2 o 3 efectivos. No podemos vivir así, acá tenemos chicos, ellos se asustan junto a sus madres, y a ellos no les importa que haya menores, nunca”.
Por su parte, el informe oficial de la Policía sostiene que sólo resultaron heridos tres uniformados y omiten por completo la represión, mientras invisibilizan a los wichís que lesionaron brutalmente.
En el barrio 50 Viviendas persiste un conflicto territorial, desde que hace 10 años las tierras, de pertenencia histórica de la comunidad wichí, fueron apropiadas por el gobierno provincial con el fin de construir un complejo de viviendas sociales, que luego supieron iban a ser entregadas a empleados municipales y policías. Desde ese entonces, la comunidad recuperó el espacio para hacer valer sus derechos.
Los wichís aseguran que siempre han manifestado su voluntad de resolver este conflicto mediante el diálogo, pero no encuentran una respuesta del Estado formoseño. Al contrario, a los reclamos legítimos les siguen una ola de criminalización y judicialización de sus referentes.
Por otro lado, luego de los hechos que se desarrollaron en la “semana violenta” de abril de este año, donde se produjeron una serie de incidentes entre criollos y wichís, que dió como resultado diversas medidas como movilizaciones, cortes de ruta; los barrios: Obrero, 50 Viviendas y Barrio Viejo, en donde viven gran cantidad de originarios, permanecen con un inusitado grado de militarización y con una presencia desmedida de uniformados acosando e intimidando a los vecinos ; parados en esquinas, en recorrida averiguando antecedentes, fomentando un clima de enfrentamiento entre criollos y originarios, promoviendo actitudes de xenofobia y discriminación hacia los wichí.