Joe Lemonge tiene 25 años y es un varón trans que vive en Santa Elena, provincia de Entre Ríos. Estudiaba derecho y, hasta hace poco, se las arreglaba dando clases de inglés. Pero el 4 de mayo, fue condenado a cinco años y medio de cárcel.
Es que en octubre de 2016, al defenderse de tres varones que lo atacaban en su propia casa, hirió a uno de ellos. No era la primera vez: había sufrido tres agresiones previas, pero sus denuncias no habían sido tomadas por la Policía. Tampoco fue la última: el 3 de diciembre a la madrugada, el mismo hombre que lo había atacado, prendió fuego su casa, imaginando que él estaba adentro. Detenido y condenado por “tentativa de homicidio”, a pesar de ser, en verdad, una víctima de transfobia, Joe perdió su trabajo y la posibilidad de continuar con sus estudios. Cuando ya estaba encerrado en el medio de ese injusto laberinto judicial, falleció su padre y él ni siquiera pudo despedirse del hombre que lo vio crecer.
“Es muy parecido al caso de Higui y, de hecho, estos casos en el interior del país son muy comunes pero nadie se entera. Lo detienen a él y lo imputan por tentativa de homicidio en lugar de por lesiones o legítima defensa. Cuando estuvo detenido, los agresores le detonaron la casa. Ellos ahora están libres y uno es considerado la víctima del proceso. Y a Joe, como no hizo el cambio registral, en la Justicia lo tratan en femenino”, dijo Alejandro Mamaní, de la organización Abosex.
El viernes 4 de mayo se dictó la sentencia por cinco años y seis meses de prisión, en un proceso que comenzó el pasado lunes 23 de abril y en el que nunca se abrió la posibilidad de que Joe se estuviera defendiendo. Cristina Lía Van Dembroucke es la jueza a cargo de la causa. El fiscal Santiago Alfieri no sólo pidió 8 años de prisión para Joe sino que cita como agravante el hecho de que Joa sea una persona culta, que implicaría que tuvo conocimiento de los hechos por los que lo acusan. Los abogados del colectivo Abosex lo asesoran, contienen y acompañan. Mientras sus atacantes se encuentran en libertad, Joe fue condenado por haber decidido su propia identidad.