* Por Mamerto Salvatierra,
padre de Alexis Salvatierra,
asesinado por Juan Carlos Cardozo,
ex cabo de la policía de Salta, el 3 de enero de 2018.
Fueron 9 meses de espera, de dolor para mí. Veía y escuchaba que en otros casos llegar al juicio demoraba 2 años o más, pero el caso de mi hijo, no fue así. Hoy para tranquilidad de toda nuestra familia ya hicimos justicia.
Después de escuchar que la sentencia fue perpetua para Cardozo y prisión condicional para Emilio Aguilera, por asesinar por la espalda a mi hijo el 3 de enero, quedé sorprendido porque yo no creía en la justicia. En el pasar de estos 9 meses, charlé con tanta gente en las canchas de fútbol, en el barrio, en todas partes, que me decía «no hermano, si son policías no pierdas el tiempo porque no va a haber justicia para vos». Y yo sabía que era dificil, porque se encubren y porque tienen el poder judicial a su favor. Pero la esperanza y la fuerza para luchar sabía que nunca la iba a perder. Y hoy les digo a todas las familias que pasan por lo mismo, ¡que no bajen los brazos!
Nosotros sabemos bien de luchas perdidas, y ahora ganando este juicio, no olvidamos lo que perdimos; un hijo de 17 años, un amigazo, un gran jugador de fútbol, un hincha de River.
Nunca voy a entender el accionar del oficial Cardozo, apuntó y le disparó, por la espalda a Nahuel, sin mediar palabra y sin otra explicación que esa credencial que tienen para matar. Para mi fue increíble lo que hizo, y aunque cada vez que lo pienso se me retuerce el estómago, también pienso que de esto tenemos que aprender nosotros a no callarnos más ante cualquier injusticia, por más que seas pobre o villero.
No me salen las palabras para agradecer a la gente por el acompañamiento que sentí, la mayoría de los salteños estuvieron con nosotros dándonos un aliento, siento que sembré mucho y que mi hijo dejó una semilla más grande todavía. Los pibes del barrio estuvieron desde el primer día acompañándonos, dejando de lado todo, y entre muchos de ellos dejaron de lado sus diferencias, porque quedó claro que el enemigo no somos nosotros mismos. La juventud tiene mucho para decir y enseñarnos, no necesita ser apaleada y cargada en una camioneta como bolsa de papa, como frecuentemente sucede en el barrio, es un hostigamiento constante por parte de la policía.
Creo que con el tiempo nos iremos componiendo, y que él ya es eterno.
Con el Control Popular a las Fuerzas de Seguridad, tengo la esperanza de que los maltratos y asesinatos paren. Tenemos que cuidarnos como podemos, entre vecinos. Cómo vas a ir a denunciar un abuso policial a la misma comisaría en la que te cagaron a palos la noche anterior. La policía no tiene derecho de golpearnos, y tenemos que aprender a cuidarnos entre nosotros.
Por la fuerza y el amor que nos dejaron nuestros hijos, estoy convencido que llegará el día que esto cambie.
¡No hay que tener miedo, hay que ser corajudos, unidos y solidarios!