En Santiago del Estero las vecinas y vecinos de la poderosa asamblea del Barrio Bosco II iniciamos la construcción de la Casa de las Mujeres y las Disidencias, un lugar para decenas de mujeres y disidencias en situación de violencia. Los cimientos de este espacio iniciaron con el trabajo territorial de las compañeras que enfrentan a diario la violencia machista y la ausencia del Estado.
Desde la Casa planteamos un abordaje integral con seis ejes de trabajo: Derechos Humanos, Educación, Trabajo, Recreación, Salud, y Diversidad. Además contará con un espacio comunitario de cuidado de niños y niñas, una oficina, un consultorio médico y jurídico y una cocina donde la cooperativa gastronómica “Amasando Sueños Poderosos” llevará a cabo su labor.
«Hay muchas mujeres que viven situaciones de violencia a diario y ahora tendremos el espacio de la Casa para apoyarlas y contenerlas», comentó Martina Peralta, vecina del barrio que trabajará con el eje de Derechos Humanos.
Esta problemática también afecta de lleno a las hijas e hijos de quienes padecen estas violencias. Por eso, Milagros «Pitu» Brandán, integrante de la asamblea del Bosco II, nos cuenta: «Los chicos no van a tener que pasar hambre o frío, nosotras vamos a estar aquí para acompañarlos, tanto como a sus madres». En el día a día somos las compañeras del Frente de Géneros quienes servimos a estos niños la comida y la merienda. Con la Casa vamos a tener espacios más cómodos y seguros para que eso suceda.
Este constante trabajo de hormiga, aún sin el espacio físico, fue cambiando la vida de muchas de nuestras vecinas que con solo hablar, reír o llorar frente a otras compañeras, lograron juntar el valor necesario para superar sus dificultades, independizarse y progresar. En este sentido la Casa de las Mujeres y las Disidencias operará como el dispositivo donde la sororidad sea la base del empoderamiento de nuestras barriadas.