* Por Pablo Da Rosa, tarefero de la localidad de Mártires, provincia de Misiones.
La interzafra, período en el que no se cosecha la yerba, se convierte en una lucha cada año. Se termina la cosecha y quedamos sin trabajo, en la intemperie, sin nada.
Un grupo de sesenta familias, compañeras y compañeros de distintas localidades que atravesamos la misma situación, estamos acampando desde el 5 de agosto frente a la Casa de Gobierno de Posadas. Ese día entregamos allí un petitorio destinado al Gobernador de la Provincia, Hugo Pasalacqua. En él pedíamos trabajo, herramientas para producir nuestras huertas, ganaderías y panaderías y un aumento de sueldo. La contestación fue: «en una semana les daremos respuestas».
Ya pasaron 13 días sin respuestas.
Desde el cambio de gobierno en el 2015 se dijo que no se pagaría más la interzafra, el subsidio estatal para subsistir en los intervalos de cosecha. De cualquier manera, dicha ayuda del Gobierno era sólo para los que estaban en blanco. Casi el 70% de las y los tareferos estamos en negro y somos los que más sufrimos. Los que más necesitamos, siempre afuera.
Entonces, ¿qué hacemos los tareferos de familias pobres? Salimos a las calles a buscar una solución para llevar un plato de comida a la mesa, no hay otra forma. Nos quedaremos acá como el año pasado que acampamos 18 días. En ese entonces nos prometieron trabajo y nunca lo cumplieron.
Queremos un documento donde se diga por escrito lo que harán, y que lo cumplan. No nos van a convencer con una bolsita de mercadería o falsas promesas.