La Poderosa, este 24 de marzo, cierra los ojos, para tomar aire y apretar el acelerador. Marchan sus pies entre los miles de pies que mueven cuadras y cuadras de masa memorial, desde el Congreso a Plaza de Mayo, rumbo a la recuperación del colectivo que creyeron exterminable. Pero no lleva una bandera, ni una receta de propuestas para vociferar en público, porque no entiende qué cosa mágica pueda brotar de las urnas, mientras se conserve tan aceitado el engranaje de la maquinaria vigente y pestilente, regida por la lógica punteril que regula la participación ciudadana y el acceso a la educación, mientras manipula los hilos inaceptables del acceso a la comida, a la salud y al empleo.
La Poderosa, este 24 de marzo, cierra los ojos, para hacer memoria y volver a apretar el acelerador. No reparte volantes con listas sábanas para seguir durmiendo, ni va pegando primeros planos por las paredes. No se para frente a un micrófono, ni se saca una foto en el escenario. No prejuzga a los compañeros, ni anda mirando de reojo a las estructuras partidarias que dan su lucha necesaria. Va repartiendo cuentos, cuentos de Eduardo Galeano, uno, dos, cien, doscientos, mil, para difundir este blog y la causa que convoca a nuestra lucha, pero también para difundir esa poesía que representa la ilusión y la política a la que apostamos. La tarea comunitaria, la murga de la identidad barrial, el apoyo escolar, el fútbol popular, la economía social, los talleres formativos, el deporte como herramienta para el desarrollo, el arte como estímulo de creación, el respeto a la diversidad cultural, el culto a los derechos humanos, la igualdad de oportunidades o los círculos de acción y reflexión, conforman el esqueleto de una organización social que no sólo aspira a la transformación sin manos mágicas, ni divinas, ni especuladoras, de los sectores castigados, sino también a la transformación de cada uno de nosotros, los militantes que entramos a un colectivo con buena porción de vicios, adquiridos en este modelo de miserias, que posiblemente sólo puedan ser depurados por un buen remolino de compañeros comprometidos.
Somos pies de esa conciencia colectiva y parte de este mundo, en este preciso tiempo, pero no creemos, ni queremos, ni proponemos, la política tradicional. Identificados con los ideales del Che y la lucha solidaria del pueblo cubano, orgullosos de semejante utopía, hoy compartimos la batalla de ideas, las letras de los lápices donde otros ponen las balas de los tanques. Nuestras trincheras son los barrios y nuestras armas las herramientas de inclusión y comunicación, que se sociabilizan siempre desde la educación popular.
Anónimos y voluntarios, de diferentes identidades partidarias, o religiosas, o futboleras, o sexuales, no aceptamos las rondas políticas sin acción comunitaria, ni la extinción del fervor revolucionario como saldo obligado del plan socioeconómico que se propuso ayer acabar con el mañana, pero tampoco digerimos la apatía y la desunión como consecuencias lógicas de fragmentaciones originadas por errores heredados de antiguos compañeros o por fracturas insoldables en las grietas del pasado. Aceptamos nuestra propia alienación y la de tantos más, como el legado virósico de la última dictadura y la feria americana de los 90, pero de ninguna manera encontramos en ese basural algún causal para nuestra rendición. Sólo hallamos el punto de partida, donde colocar el pincel para continuar coloreando juntos la primavera que tantas botas no han podido aplastar.
Por diferentes rincones de nuestra patria latinoamericana, estamos echando a andar el tercer viaje de La Poderosa, el primero sin el Che, desde hace más de 3 años. Poco a poco, vamos abriendo paso a un nuevo modo de hacer política, de transformar, transformarnos, y convocar a todos los que, huyendo de tanta politiquería erosiva, han quedado lejos de la carne viva del pueblo más lastimado y de la lucha incuestionable de aquellos años 70. Pues desde los nombres de la Junta Militar hasta los métodos más escalofriantes de la tortura implementada por el Plan Cóndor, se han hecho espacio en algún manual de grado y en ciertos panfletos ocasionales, pero mucha menos prensa han tenido las tardes de alfabetización, los reclamos de justicia social y los sueños de igualdad que se comió tanto centro clandestino de detención.
Si hoy marchamos miles, marchemos miles mañana también. Si tantos pies marcan el ritmo conmovedor de una sociedad que todavía late, juntemos mañana las manos en nuestra acción comunitaria, para que tantos ideales postergados y tanta música de transformación esté sustentada por la lucha cotidiana y el trabajo empírico que cambia al mundo cada día, con el espíritu solidario de aquellos compañeros y la energía nueva de los que vendrán. Si ellos dieron la vida, no podemos mezquinar el tiempo.
La Poderosa, este 24 de marzo, cierra los ojos. Y el 25, vuelve a abrirlos, para mirar al horizonte del Che, en el doloroso aniversario del asesinato de Rodolfo Walsh, mientras escucha y reproduce la voz altisonante de Jorge Julio López, como despertador de tantos argentinos que lloran una vez al año las 30 mil ilusiones desaparecidas, sin advertir todavía que regarlas sigue siendo una opción, hoy y todos los días que pasen hasta el próximo 24 de marzo.
desde mi punto de vista argentina es un pais que fue afectado en su pasado por formas de gobierno que realmente habria que recordarlo para aprenderlo. remarcarlos cuantas veces sea necesario para no volver a ser engañados de una misma manera. Tantos desaparecidos que hoy en dia resucitan en cada uno de los reclamos de sus madres de plaza de mayo que ya no estan solas sino que estan contenidas por la sociedad. una sociedad de nuevas generaciones que tiene mucho de que aprender. muchas gracias!
LA MEMORIA SIEMPRE LLAMA A RECORDAR EL PASADO…A DESPERTAR ILUSIONES DESAPARECIDAS O REALIDADES NO QUERIDAS PERO QUE YA NO SON OCULTAS..SABER QUE EL FUTURO SE FORJA EN EL INCONSTANTE PRESENTE TENIENDO EN CUENTA TANTO LA VENEVOLENCIA COMO LO DURO QUE PASÓ..PARA NO REPETIR ERRORES Y LEVANTARNOS CON LAS VICTORIAS DE LOS PASOS DE AQUELLOS QUE RELMENTE PRODUJERON ENORMES CAMBIOS EN NUESTRO PAIS, EN NUESTRA SOCIEDAD COMO UN TODO Y QUE HICIERON QUE HOY NOSOTROS SIGAMOS DESDE NUESTRO LUGAR LUCHANDO POR LO QUE ES JUSTO Y NECESARIO..