15 octubre, 2008
,

Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro

Cobra la publicidad. Le dan lindo. Un montón de manitos le pegan desde atrás, sin haberlo visto, a un cartel de propaganda estática que les da la espalda. Más de veinte palmitas descargan la emoción y la ansiedad, taladrando la lona de una publicidad, que hace de redoblante y también de paravalancha en la tribuna del ring, durante la grabación de un programa de televisión, que por un día tiene la popular copada por el equipo mini de Zavaleta, del Zavaleta que lucha a diario, por la felicidad y contra la violencia. Porque bien saben quienes han pisado el barrio más de una vez, buscando algo más que alguna historia para vender, cuánto huevo hay abajo de la tortilla que siempre dan vuelta para el mismo lado, cuántas causales de noticias hay en el día a día de la villa 21 que casi nunca entran en la pauta de los diarios.

 

De blanco y negro, irrumpiendo en el fondo multicolor que enmarca la previa de un espectáculo despampanante, se hace su lugar en el público una barra mansa, que roza el metro promedio de estatura y que de repente se enciende, con una sonrisa que la atraviesa de punta a punta, desde el hoyuelo izquierdo de Noe hasta el cachete derecho de Claudio, como una línea de fracción, como un cinturón de dientes que une las 11 caritas de los mini. No es uniforme la línea dental porque más de uno tiene las paletas en pleno plan canje, pero además porque la banda salta y salta, y no deja de saltar. No es para menos. Está por venir el hombre del Hip Hop, uno de los tipos que la pelea bailando, como la murga popular de Zavaleta. Quizá por eso, sea el ídolo de los pibes. Y quizá por eso, las manos pegan más fuerte ahora, que está por entrar él, asomándose del humo, brotando mágicamente en un glorioso día en el que salió de la pecera, en el que está ahí, de carne y hueso, libre de pantalla, de caja y de cables. Quizá por eso, los gritos, los abrazos, los ojos fosforescentes. Quizá por eso, da igual que acaba de perder, frente a un temible par de grandotes enmascarados. Da igual, dio igual y va a dar igual cada vez que la memoria lo traiga desde la infancia, porque aun después del nocaut, el hombre del Hip Hop se acercó hasta la popu, y se envolvió la cabeza con la gloriosa blanca y negra del Fútbol Popular de Zavaleta.

 

De haber previsto la mirada Fabrizio o Josue en ese instante, seguramente el luchador hip-hopero hubiera utilizado tanto brillo para encandilar a los mastodontes, pero ya era tarde. Y nadie se acordaba del resultado de la pelea. Sólo quedaba buena parte de la emoción, y un pedazo enorme de orgullo, por haberle ganado a la realidad otro día inolvidable, jugando en equipo. Y es que ahí, en Zavaleta, hay una banda de pibitos que todavía no cumplieron 8 años, pero que ya luchan por su derecho a soñar, ejerciendo su derecho a jugar. No fue a las piñas que llegaron a tiempo para ver en persona a su ídolo, sino compartiendo metas y entrenándose cada semana, sin relegar la escuela, para crecer jugando y echándole luz a un camino de oportunidades, que vomita informes estremecedores cuando obliga a caminar a oscuras, pero que ya no es noticia si amanece cerrado con candado.

 

El domingo último, entre el papel picado que llovía en el ring y las luces coloridas de un show mediático, quizá los haya visto por la tele, abriéndose paso en un canal de aire y cumpliendo un sueño colectivo, que seguramente no publicarán todos los noticieros que descubrieron la villa 21 la semana pasada. Ojalá no la olviden de aquí en adelante, para investigar, con el mismo énfasis que abordan alguna tragedia, las condiciones de las salitas de salud y sus insumos, las escuelas y sus barreras, las viviendas y los derechos humanos, los vecinos y la solidaridad comunitaria. Sin tanto flash amarillo, se puede ver un barrio con historia y futuro, que lucha ciento por ciento, contra viento, marea y prensa, para crecer con dignidad.

 

Relacionadas

Kevin
7 septiembre, 2022

TE EXTRAÑO TODOS LOS DÍAS, KEVIN

DICIEMBRE 2001
20 diciembre, 2021

20 AÑOS LA MISMA LUCHA

Lluvias
29 noviembre, 2021

No se inunda más