Por primera vez, ese horizonte ilimitado, un mar de ilusiones, un mar de emociones, un mar. Y ahí nomás, la estampida. Un estallido del grupo al pisar la arena desparrama pedacitos de Zavaleta por toda la playa, desde los médanos hasta la orilla, todos corriendo, todos gritando, en un cierre de año inédito para los más bajitos del barrio.
Después de un año espectacular en la liga de Fútbol Popular, las categorías Cadetes, Juveniles y Mayores programaron su pretemporada de 5 días para la última semana de enero de 2009, y entonces por primera vez en la historia diciembre quedó para ellos, para los Mini, para los Infantiles. Juntos, partieron a San Clemente después de varias noches de ansiedad, de varias horas sin sueño, de varios años soñando. A las 5 de la mañana, mamis y papis despidieron la caravana, frente a la canchita de Iriarte.
De la mano de sus entrenadores del barrio, Seba, Horacio y Alan, jugadores a la vez de las categorías mayores de Zavaleta, los peques armaban sus carpas en el camping unas horas después, con la motivación inmensa de conocer el mar lo antes posible. Así las carpas quedaron listas en pocos minutos y, en menos tiempo todavía, volaron las hamburguesas de la parrilla. Ya todo estaba listo. Llegaba la hora del mar. Pero entonces, la noticia: “Lamentablemente, el destino ha jugado una mala pasada y a razón de preparar la pista para la temporada de enero, han vaciado el mar para poder limpiarlo”, anunció una voz, ante 22 caritas que mezclaban la decepción con la ira. “¡Mentira!”, se escuchó enseguida, y la bandada partió rumbo al puente de madera que conectaba la calle de asfalto con el cielo de agua.
(No pudimos hallar a nadie que pudiera describir esta parte, la de los pibes corriendo hacia el mar, la de las carcajadas porque sí, la de los abrazos al por mayor, la de los gritos de libertad). Tuvo que ser Noe, un terremoto de ternura, quien rompiera con su espontaneidad brutal la solemnidad de la escena. “Faaa, ¡esta agua está reee saladaaa!”. A su grito, muchos más, y “ohhh, Zavaleeeta, es un sentimiento no puedo pararrr”.
Desde el mediodía que recibió a los pibes en la playa, un juez comenzó a labrar la orden de desalojo del territorio marítimo para intentar persuadir la iniciativa de varios: quedarse a vivir en el mar, convertirse a sirenas. Y obviamente fracasó. Sólo el imán del fútbol pudo con ellos, y hasta ahí nomás. Fue fútbol en la orilla, con un lateral en los médanos y el otro en África.
Mientras tanto, en un oscuro rincón del camping, madres y entrenadores organizaban un guiso capaz de acabar con el fútbol y el mar en sólo unos gritos de convocatoria. Tremenda cena, para darle pie a tremendo fogón.
GIGANTES, DE VERDAD
A los premios que Zavaleta se entregó a sus propios valores en el fogón de San Clemente en el 2006, el fogón 2007 los hizo “Poderes”, y en el fogón 2008, el reconocimiento tuvo que ver con el tamaño. Sí, reunidos en ronda esta vez los Mini y los Infantiles, la ocasión invitaba a preguntarse dónde estaban los chicos. Más bien había grandes, sabios sin títulos, creativos sin sueldo, gigantes sin estatura. Y entonces llegó la hora de mirarnos a los ojos y contagiarnos la fuerza para el año que viene, repasando nuestra historia, reforzando nuestro futuro. Hubo fogón y esa atmósfera única de tantas caras iluminadas por una misma llama, por una misma identidad, por una hondonada de magia que, una vez más, encendió con fuego un volcán de agua. Nos hacía falta llorar.
El Gigante del Compañerismo: Fede.
El Gigante de la Imaginación: Kiki.
El Gigante de la Historia: Josué.
El Gigante del Liderazgo: Gonza.
El Gigante del Crecimiento: Alan (mini)
El Gigante del Corazón: Chichilo.
El Gigante de la Fortaleza: Noe.
El Gigante de la Paz: Axel.
El Gigante de la Bondad: Mateo.
El Gigante del Desafío: Leandro.
El Gigante del Compromiso: Martín.
El Gigante de la Garra: Gonzalito.
La Gigante de la Dulzura: Cuqui.
La Gigante de la Alegría: Dani.
El Gigante de la Emoción: Gaby.
El Gigante de la Locura: Fabri.
El Gigante de la Participación: Lulo.
El Gigante del Amor a la camiseta: Franco.
El Gigante de la Energía: Gustavito.
El Gigante del Aguante: Peladito.
El Gigante de la Justicia: Toshiro
RECUERDOS PARA PONERLES MARQUITOS
Con los ojos húmedos del fogón, sonó un teléfono por la medianoche del sábado, para sumarle un valor agregado e imprevisto al domingo inolvidable. “¿Quieren venir a la carrera de autos que se corre mañana en Mar de Ajó, para estar en boxes, con los autos y los pilotos?”, preguntó una voz. Antes de escuchar la respuesta, nos vio llegar. Ahí estábamos la mañana siguiente, todos reunidos ya no frente al ruido del mar, sino de los motores imponentes de los autos tremendos del Top Race, que pasaban por al lado, tirando para atrás los pelos de Gustavo y sacando para afuera los ojos de Kiki. Recorriendo los boxes, como si estuviera esperándonos, apareció entonces Marquitos Di Palma, y se dispuso a charlar un buen rato con el Fútbol Popular de Zavaleta. Una firma, una foto, otra firma, otra foto, y firmame la campera, y firmame el gorro que dice Guri Martínez, y firmame la gorra que me acabas de firmar. Así fue el histórico encuentro, que segundos después se engrosó con la presencia del campeón, Emiliano Spattaro, que también compartió una charla y mil autógrafos. Mareados de tanto ruido y tantos autos, a las 12 volvió la combi, para emprender rumbo a Mundo Marino.
El show de las motos de agua fue lindo, y conocer a los pingüinos también. Ni que hablar de ese lobo marino que superaba en altura a Cuqui, parada arriba de Alan, parado arriba de Kiki. A unas focas les dimos de comer y a los entrenadores les dimos para que tengan, en un laberinto de locura, que sirvió de entrada en calor para la tirolesa. De ahí, al safari terrestre y, al final sí, los delfines y la orca.
Todos admiraron el ingreso de los cetáceos con la emoción lógica, pero él no, él miró con desconfianza. Josué no compraba el paquete a simple vista. Más bien, observaba y observaba. Un animador le preguntó a los delfines si querían bailar, y todos ellos respondieron que no, con la cabeza. Fue entonces que Josué explotó de indignación: “¿Son señores, no es cierto?”, indagó. “¿Quiénes, Josué?”, le repreguntaron. “Esos, los animales… Son señores disfrazados”. Entre risas, los demás insistieron ante su desconfianza con la idea de certificar la condición legítima de esos delfines. Pero Josué ya tenía su sentencia: “Daaa, ¿y entonces cómo dicen que no?”.
Poco a poco, se le fue ensanchando la cara con una sonrisa de boca abierta y unos ojos cada vez más grandes, hasta que llegó el final, y la orca subió a la plataforma de la pileta. Entonces sí, la sorpresa venció a Josué, y su grito selló la foto de la memoria: “¡No tiene piernas!”.
De vuelta al camping, no hubo opción de evitar el mar. La despedida de la playa, con su correspondiente chapuzón, hizo más ricos los fideos que con tanto amor prepararon las mamis, antes de la expedición con linternas, en el último juego del campamento. La vuelta fue tratando de entender cómo fue que sucedió, cómo fue que en dos días pasaron tantas cosas. Pero sobre todo, la vuelta fue convencidos, convencidos de que la realidad se transforma si lo decidimos, como lo decidieron Alan, Horacio y Seba, tres pibes que un día aceptaron jugar en equipo, para conocer amigos. Y en este viaje a la utopía, cuatro años después, fueron los mozos que atendieron las mesas, los bañeros que cuidaron de los pibes en el mar, los serenos que montaron la guardia a la noche, los mediadores de cada discusión y los estandartes de una iniciativa social que no promete transformar la realidad. La transforma.
Un beso enoooooooooooooooooooooormeee a todos esos Ggigantes (chiquitos) de Zabaleta, y un enorme abrazo a todos los Gigantes Maquinistas de está gran Máquina que es La Poderosa.
Sigo estando siempre para dar una mano…..
che bueno les quiero desir q pase mucho tiempo alado de ustedes felismente y me gusta lo q asemos juntos y apesar de q dentro de poco me voy quiero desirles q disfute mi tiempo alado de ustedes y q nunca los voy a olvidar chaucha 🙂
TODAS mis admiraciones y respeto para USTEDES!
Para ustedes que hacen lo que dicen y dicen lo que piensan!!!!!!!!!!!!!!!!!
Porque gracias a USTEDES se puede creer en la palabra y en la solidaridad, porque seguramente muchos de USTEDES posterguen proyectos personales para ponerle empeño y esmero a esto.
Porque gracias a USTEDES existe la verdad y se ve más clara la hipocresía de la gente que se llena la boca hablando o se traga todos los libros y termina siendo un inhumano mentiroso. Cargando en su espalda promesas que nunca va a poder cumplir!!!!!!!!
TODAS mis admiraciones y respeto para USTEDES! Porque gracias a USTEDES las cosas pueden llegar a cambiar y dibujar muchas sonrisas en las caras de esos chicos lleno de vida, futuro e inocencia.
Como vemos todo se puede transformar. Los felicito por todo lo que hacen y les mando una linda frase. «Si no has llegado donde quieres, es porque todavia no has hecho lo que puedes».
Sigan adelante, desde este rinconcito los seguire apoyando.
A cada uno de esos Gigantes y a los que ayudan a que esta realidad se transforme (porque es verdad, se puede), los aplaudo y les doy millones de sonrisas y abrazos por lo que son y serán. Los Felicito!!! Un Beso Grande!!!
hola!… la vdd me colgue leyendo y esta bueno saber q alguien se preocupa por estas cosas,.. en la situacion en la q estamos y las cosas q se escuchan parece q todos fueran indiferentes al dolor o la necesidades agena!… LOS FELICITO POR LO Q HACEN!…