Después de las fiestas de todos, llegó la fiesta, nuestra fiesta, nuestro cierre de año, que como todos los cierres sirve para abrir, en este caso un capítulo más del libro, una nueva etapa del camino. Organizado por los pibes y las pibas, cobró color y magia el Festival de Zavaleta, en la canchita de Iriarte, para ponerle el moño al 2008 y para empezar a recorrer el 2009 con el afianzamiento del núcleo de vecinos que cada jueves se reúne para empujar al barrio desde arriba de La Poderosa.
Con venta de rifas y recursos genuinos generados por los chicos, se inflaron 800 globos blancos y negros, rindiendo tributo a esa diversidad que celebró el Core cuatro años atrás, cuando definió los colores de la camiseta como un símbolo de integración. Con el aporte y la gestión de los pibes más grandes, reunidos en asamblea todas las semanas, se consiguieron más de 500 chorizos, que varios padres entregaron a la parrilla, para acompañar las pizzas y empanadas que amasaron entre muchas mamás. Con pedazos de tela surgidos del caudal de socios de La Poderosa, se armó el trapo gigante de Zavaleta, que se coció en el barrio y se pintó en equipo, como se pinta todo en el Fútbol Popular.
Y uno puso el grabador, y otro el parlante, y otro el micrófono, y otra las mesas, y otra las sillas, y otro la música, y otra las ollas, y otro la guitarra, y otros hielo, y otros chimichurri, y otros afiches, y otros sacaron los escombros de atrás del arco, y otros decoraron los alambrados, y otros, y otros, y otros. De tantos otros, se conforma el nosotros que protagoniza esta historia y que eligió regalarse una fiesta para abrazarse, para bailar y para alentarse, un poco más. A pocos días de haber regresado del campamento por San Clemente, los Mini y los Infantiles se arremangaron entusiasmados para poner lindo al potrero, en una jornada planeada en su totalidad por los chicos menos chicos del barrio, que partirán el 29 de enero rumbo a Chapadmalal, para una pretemporada de 5 días que coincidirá con el foro anual de La Poderosa Orgánica y nos pondrá en forma para seguir empujando cada mañana un poco más fuerte.
Por los años que vienen, brindamos todos los que hacemos el Fútbol Popular de Zavaleta, y los que semana a semana lo ven transpirar en la canchita. De los jugadores, familias y vecinos nació el aplauso interminable en la esquina que dio a luz a este equipo, para acompañar el recibimiento individual de las fotos con el Colorado Sava, tomadas en la entrega de trofeos de la temporada 2008. Y entonces sí, llegó la hora del agradecimiento en voz de Matías, jugador y entrenador de la categoría Mayores, “a todos los padres, que día a día nos brindan la confianza de dejarnos a sus hijos, para que sigamos aprendiendo con ellos”. No dijo enseñando, dijo aprendiendo. Y no dijo haber aprendido, dijo seguir aprendiendo, porque según aclaró, “todo esto no para de crecer y, seguramente en algunos años, seremos nosotros los que traigamos a nuestros hijos, para que los Mini de hoy los cuiden, los acompañen y les enseñen a compartir”.