Armar una muestra de guitarra en el comedor de Nelly, a la que estuvieran invitados todos, hasta hace un tiempo podía parecer un sueño, algo similar a esta propuesta: 
-¿Querés ir al Sol?
-¿La pregunta es para Mí?
–Sí.
–Fa, estaría Re-bueno.
Sin embargo, entre el proyecto musical y el sideral hay una diferencia enorme: en el viaje al Sol, Do se queda afuera, mientras que el espacio de Guitarra Popular invita a participar a todos, para aprender y para enseñar, para sumar esfuerzos y compromisos que hagan posible lo que en algún momento podía considerarse irrealizable. El sueño guitarrero, al fin, se hizo canción y fue expuesto a través de los acordes entonados por los grandes protagonistas de este espacio.
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=oUMoFsUaryw]
En el comedor que los ve compartir y mejorar todas las semanas, Cristian, Ari, José y Flavio -los dos últimos conocidos artísticamente como Los Melli-, cerca de las tres de la tarde de un miércoles de marzo, comenzaron a afinar los últimos detalles de la muestra que, envuelta en una convocatoria inesperada por los intérpretes, dio inicio dos horas después.
Los pequeños estudiantes de apoyo escolar, todas las categorías de Fútbol Popular, los familiares de los músicos y los vecinos colmaban el salón de la biblioteca del comedor con una expectativa que, por su intensidad, imponía un silencio respetuoso que sólo se rompería cuando Cristian irrumpiera con un tango impresionante, para ponerle la piel de gallina a cada uno de los presentes. Siguió Ari con sus punteos impecables, y nuevamente Cristian se puso en acción, al acompañar a Los Melli que deshilacharon el nylon de las cuerdas con tres temas a pura cumbia y rock n’roll.
Lo planificado por los artistas indicaba que El Che y Los Rolling Stones debía cerrar el concierto, pero la intervención del público, por consenso unánime, cambió el rumbo de la historia. Los que hasta ese momento eran espectadores tomaron la voz y se unieron en un canto ya popular: “¡Una más y no jodemos más!”. Los músicos no dudaron en tirarse a la pileta de los bises. Y sí señores, había agua, y mucha. De yapa nos salpicaron con dos temas más, para el inevitable estallido de aplausos y silbidos.
El concierto no sólo dejó unos cuantos acordes conjugados en canciones, sino que en las partituras se vio impreso el esfuerzo que esta banda de músicos ya consagrados asume para que la Guitarreada Popular siga firme y creciendo a tempo de allegro motorizado, miércoles tras miércoles y, ahora también, domingo tras domingo.
