13 agosto, 2014
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La Fidelidad

88 veces gracias, Fidel.Hay tantas cosas para decir de Fidel, como de los que vierten su mierda sobre él. Tanto para agradecer desde cada asamblea, como para entender que la dignidad no se bloquea. Tanto para desenterrar del periodismo, como para sepultar al analfabetismo. Tanto para discutir del alambre, como para resistir sin muertos de hambre. Tanto para exportar con salud y medicamento, como para no llamar libertad a una estatua de cemento. Tanto para soñar con más turismo aventura, como para viajar en los vientos de la cultura. Tanto para soñar la meta de la revolución, como para ilustrar a los pobres del planeta que jamás viajarán en avión. Tanto para informar sobre el que viene a informarte, como para apreciar el lugar que le dio al arte. Tanto para revisar en un solo segundo, como para aceptar quién auspicia las guerras del mundo. Tanto para alumbrar una humanidad liberada, como para espiar la cola de cualquier embajada. Tanto para criticar del comunismo soviético que cayó como villano, como para valorar al que sobrevivió con acervo latinoamericano. Tanto para guardar en 88 años de memoria, como para haber sido absuelto por la historia. Tanto para alabar del Mandela humanista, como para inventar un Castro terrorista. Tanto para celebrar del Gabo escritor, como para pintar un Castro dictador. Tanto para homenajear del Cortázar a contramano, como para bastardear a un Castro inhumano. Tanto para adorar del Subcomandante zapatista, como para llorar un Castro comunista. Tanto para mejorar en el umbral de América Latina, como para matar a la doble moral con su propia medicina…


NELSON MANDELA:

“Fidel Castro es uno de mis grandes amigos. Me encuentro orgulloso de encontrarme entre aquellos que apoyan el derecho de los cubanos a elegir su propio destino. Las sanciones que los castigan por haber elegido la autodeterminación se oponen al orden mundial que queremos instaurar. Los cubanos nos facilitaron tanto recursos como instrucción para luchar y ganar. Soy un hombre leal y jamás olvidaré que en los momentos más sombríos de nuestra patria, contra el apartheid, Fidel Castro estuvo a nuestro lado”.

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ:

“Su más rara virtud de político es esa facultad de vislumbrar la evolución de un hecho hasta sus consecuencias remotas… Pero esa facultad no la ejerce por iluminación, sino como resultado de un raciocinio arduo y tenaz. Sueña con que sus científicos encuentren la medicina final contra el cáncer y ha creado una política exterior de potencia mundial, en una isla 84 veces más pequeña que su enemigo principal. Tiene la convicción de que el logro mayor del ser humano es la buena formación de su conciencia y que los estímulos morales, más que los materiales, son capaces de cambiar el mundo, para empujar la historia”.

JULIO CORTÁZAR:

“Y en Cuba, sé de ese combate contra tanto enemigo. Sé de esa isla de hombres enteros que nunca olvidarán la risa y la ternura.
Que las defenderán enamoradamente, Que son los que buscó Martí, los que firmaron con su sangre tantos muertos, a la hora de caer frente a chacales de dentro y a chacales de fuera. No seré yo quien proclame al divino botón el coraje de Cuba y su combate; siempre hay alguna hiena maquinada de juez, poeta o crítico, lista a cantar las loas de lo que odia en el fondo de sus tripas, pronta a asfixiar la voz de los que quieren el verdadero diálogo, el contacto.
Por lo alto y por lo bajo: contacto con ese hombre que manda en el peligro porque el pueblo cuenta con él y sabe que está ahí porque es justo, porque en él se define la razón de la lucha, del duro derrotero, porque jugó su vida con Camilo y el Che y tantos que pueblan de huesos y memorias la tierra de la palma; y también en contacto con el otro, el sencillo camarada que necesita la palabra y el rumbo para impulsar mejor la máquina, para cortar mejor la caña. Nadie espere de mí el elogio fácil, pero hoy es más que nunca tiempo de decisión y de aguas claras: acepto la crítica de veras, la que viene de aquel que aguanta en el timón, de aquellos que pelean por una causa justa, allá o aquí, en lo alto o en lo bajo, y reconozco la torpeza de pretender saberlo todo desde un mero escritorio,
y busco humildemente la verdad en los hechos de ayer y de
mañana. Y te busco la cara, Cuba la muy querida, y soy el que fue a ti, como se va a beber el agua, con la sed que será racimo o canto.
Revolución hecha de hombres, llena estarás de errores y desvíos, llena estarás de lágrimas y ausencias, contra hienas y cerdos y chacales de cualquier meridiano, contra tibios y flojos y escribas y lacayos. En París, en La Habana o Buenos Aires, contra lo peor que duerme en lo mejor, contra el peligro de quedarse atascado en plena ruta, de no cortar los nudos a machetazo limpio. Así yo sé que un día volveremos a vernos, Buenos días, Fidel. Buenos días, Haydée. Buenos días, mi casa. Déjame defenderte. Cuando asome el chacal de turno, déjame estar ahí”.


SUBCOMANDANTE MARCOS:

“Quienes pensamos que los grandes procesos históricos son obra de pueblos enteros, y no de individuos, no podemos negar que a veces aparecen hombres excepcionales. Uno de ellos es Fidel Castro“.


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