Sinceramente, temíamos ver a Zavaleta en una curva descendente, ver pibes reclamando vacantes, ver el doble de vendedores ambulantes, ver todos los cables pelados, ver los pasillos siempre embarrados, ver declaraciones al pedo, ver licitaciones a dedo, ver metropolitanos haciendo lío, ver más hermanos pasando frío, ver salitas desbordadas, ver casitas inundadas, ver ancianos en ayuno, ver al dengue en la 21, ver asesinos uniformados, ver vecinos desocupados y hasta ver algún luchador preso, pero no señor, no hemos visto nada de eso. Y sí, tal vez nos estemos equivocando en hacerles la cruz, por inciertas profecías.
O tal vez nos estén cortando la luz todos los días.