*Por la asamblea poderosa de San Juan Bautista, Formosa.
En el interior de la capital nos gusta juntarnos a compartir y festejar, para recibir a alguien que llega u honrar a los que se van.
Sin embargo, la Ciudad de Clorinda se juntó y salió a la calle pero no tuvo nada que celebrar, sino todo lo contrario: violaron y asesinaron a Cinthia. Nos violaron y nos mataron a todas, por enésima vez.
A 118 km de la Capital se emplaza Clorinda, histórica y entrañable en el norte argentino por el encanto de su aire de pueblo y la calidez de su gente. Ese genuino respirar sentía Cinthia Morán, de 19 años, cuando volvía a su casa caminando tranquila, después de haber compartido una noche festejando con amigos y amigas el viernes 16 de junio. Pero algo anormal sucedió en el trayecto y nunca regresó.
Sus familiares la buscaron durante toda la semana. Mientras el operativo policial montado dio pena.
Los vecinos del barrio 6 de enero encontraron su cuerpo flotando desnudo, en un zanjón ubicado a la vera de la Ruta Nacional N° 86.
Cinthia fue secuestrada volviendo a su casa, y abusada sexualmente por al menos 6 hombres, drogada y arrojada al agua con vida, hasta morir asfixiada por sumersión. Cerca del desagüe, la Policía encontró algunas de sus ropas, una soga y una jeringa.
La familia de Cinthia hizo el reconocimiento de sus restos. Y la autopsia reveló que su cuerpo tenía signos graves de abuso sexual, cometido por varias personas que se creyeron con el derecho de violentarla, apropiándose de ella, arrebatando sus sueños. Para siempre.
El Juzgado en lo Correccional Número 2 de Clorinda, a cargo del Juez Santos Gabriel Garzón, investiga la causa en la cual ya fueron demorados 6 hombres mayores de edad. En la casa de uno de ellos se encontró el pantalón de Cinthia.
Junto a las compañeras de la organización Ñande Roga Guazú, con quienes compartimos la lucha feminista, peleamos para que se esclarezca el caso y se caratule como “Femicidio”, agravado por la cantidad de involucrados.
Desde nuestro Frente de Géneros de La Poderosa Formoseña nos unimos al reclamo, con un grito doloroso y poderoso, que lejos está de ser una primicia. ¡FUE FEMICIDIO, QUEREMOS JUSTICIA!
