Si las problemáticas de la Escuela Nº 25 del Distrito Escolar 1º, ‘la Banderita’, que funcionaba en pleno Retiro -a metros de los tribunales más mediáticos del país, y de las estaciones de micro y trenes por las que pasan cientos de miles de personas por día- fueron invisibles para la sociedad, lo serán aún más para los encargados de asegurar la igualdad de oportunidades y posibilidades de acceso a una educación de calidad. El Jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta y la Ministra de Educación, Soledad Acuña, continúan aquí el avasallamiento sobre los derechos a una vivienda y educación digna, sin tener en cuenta la opinión de los vecinos.
La escuela fue demolida el pasado febrero, de forma arbitraria y autoritaria, y luego trasladada a un galpón a 2 km ‘hacia el fondo’ de la villa.
“La escuela de cartón” le dicen, porque así decidieron que sea, y esto se ve reflejado en las condiciones en las que los pibas y pibes del barrio tienen clases, “condiciones indignas”, según Fernando Vera, secretario de la escuela. “Hay que recordar que donde funcionaba nuestra escuela, junto a un jardín maternal, un jardín de infantes y la secundaria, había otras cuatro instituciones y un CeSaC, muy importantes para esta comunidad. Durante tres años planteamos que la construcción del nuevo Polo Educativo Mugica, debía hacerse en forma gradual, para no sacar del predio a ninguna de estas instituciones, con más de 550 chicos de primaria y alrededor de 100 de nivel inicial”, agrega Fernando.
“Es imposible que ahí funcione una escuela: no tiene ventilación, el lugar del comedor es el mismo que se usa para el recreo y para educación física, no tenemos celadores de comedor. Estamos hacinados. Y por si esto fuera, poco, en una zona de cargas, continuamente vemos ratas en la escuela, ahí mismo donde están los chicos. Es muy preocupante”, comenta Vera.
La protección de las columnas del patio, por ejemplo, se hizo con una goma eva similar a la que se utiliza en actividades plásticas, que no amortigua ningún golpe. Hubo filtraciones de agua los días de tormenta, las paredes de durlock ya están rotas y son bajas, por lo que se cruza el sonido ambiente de un aula con las contiguas”. No hay lugar para salón de música, ni aula de tecnología.
En donde se debiera desarrollar la construcción del Polo Educativo Mugica, no hay cartel de obra. No se sabe quién está trabajando allí, ni cuál es el número de la licitación, cuánto es el presupuesto del proyecto, ni qué se está haciendo concretamente.
“El futuro está en problemas”, reflexiona Fernando Vera con tristeza, pero comprometido con la lucha por una educación digna junto a las maestras y maestros que, en la Plaza Fuerza Aérea Argentina, el viernes 18 de mayo, a las cinco de la tarde, montaron una escuela de cartón, como una manera de hacer visible lo invisible, informar a la gente que pasa, denunciar y reclamar.
¡Norte argentino! ¡Tantos pueblos más habrán presentado petitorios por una educación universitaria!, por el ministro de educación de la provincia, defensor del pueblo, legislatura provincial, cámara de diputados de la nación, senado de la nación, gobernante federal, y a otros que se consideran responsables de la educación argentina. La réplica es el silencio, su humillación, o es la respuesta del sociólogo Zygmut Bauman de “seres humanos residuales”; vidas improductivas porque no participan del mercado, por eso sus voces son enmudecidas y aun que los vemos todos los días su visibilidad es anulada o reducido sistemáticamente. Por el colonialismo ambiental que ya no se limita al ejercicio del biopoder sobre el territorio colonial, sino que incluye una estructura sociopolítica y jurídica que da viabilidad a la explotación sin consulta previa de sus recursos naturales: agua, suelo, bosques, minerales: oro, plata, plomo, litio… ¡Que, mediante la convivencia y el consenso, se hagan efectivos los derechos que le corresponden al ser humano por la mera razón de existir! ¡Una Universidad Nacional!