*Por Nadia Soto, docente de la escuela secundaria 730 de Trelew,
desde la ocupación del Ministerio de Educación de Chubut.
Después de 90 días sin tener respuesta del gobierno provincial, el 30 de mayo comenzamos la ocupación pacífica del Ministerio de Educación. ¿Por qué lo hicimos? Porque exigimos la apertura urgente de paritarias, porque nuestra obra social del Estado funciona de manera intermitente y porque muchas escuelas están sin calefacción a pesar de las temperaturas bajo cero. Y, además, nos pagan de manera escalonada en tres grupos: uno a los 10 días atrasados, otro a los 20 y el tercero casi al mes.
A las 24 horas de la ocupación, el gobernador Mariano Arcioni nos hizo una propuesta: un bono de $3.000 como “recomposición salarial” y la apertura de paritarias para octubre. El rechazo fue unánime. Una semana después de ese bochorno, la iniciativa oficialista fue casi idéntica: un bono, pero esta vez de $1000, e iniciar las paritarias el 18 de junio. Y así pasó, pero de nuevo sin mejorar la propuesta. Apenas ofrecieron aumentar en ¡200 pesos! una suma remunerativa no bonificable de 1500 que cobramos desde el año pasado, mientras que sólo 200 de ese total pasaría en noviembre a aumentar nuestro salario básico, que hoy es de $8.426,13. Sí, parece un chiste, pero no lo es.
Hay compañeras y compañeros que no les alcanza para darle de comer a sus familias. Estamos resignando muchas horas de descanso y de tiempo con nuestros seres queridos, pero no podemos abandonar la lucha porque, antes que nada, somos formadores. Somos madres y padres mostrándoles a niñas y niños la importancia de sostener sus ideas, siempre en el marco del respeto para garantizar condiciones dignas de vida. No tendremos calefacción, pero sí la fraternidad de mucha gente que nos acercó frazadas y mantas.
Si algo nos sostiene es la solidaridad de una provincia que sufre las consecuencias de las medidas económicas de este gobierno, tras haber cerrado negocios y fábricas, aumentando así el desempleo, el hambre y el trabajo informal, incluso desde el Estado, que sólo contrata y hace facturar a los empleados. El consumo bajó estrepitosamente y los supermercados sólo reponen los alimentos más económicos. Y después de muchísimos años, volvimos a ver gente pidiendo por las casas. Otro de los signos de estos tiempos es la aparición de ferias americanas y de sitios web de clubes de trueque. Sí, como en el 2001. ¿Lo recuerdan?
Esta situación no sólo nos atraviesa a los docentes, sino que angustia al resto de los trabajadores estatales: en mayo del año pasado las paritarias cerraron con un techo del 19%, que hoy se mantiene pese a que la inflación anual del 2017 fue del 25%. Hay acampes, movilizaciones, concentraciones, actos y cortes de calle en la provincia entera. En nuestro caso, van 22 días de esta ocupación pacífica, masiva y consciente, afuera del edificio, donde compañeros, vecinos y padres de alumnos acampamos día y noche con temperaturas bajo cero.
Acá estamos y acá seguiremos, sosteniendo la ocupación hasta conseguir una paritaria justa, porque esa es la mejor enseñanza para las bases.
¡Que nos escuchen y nos respeten, para poder volver a clases!