Por Sonia Alesso,
secretaria general de CTERA.
Aunque el reclamo sea nacional hoy enfatizamos sobre la situación de los docentes de Chubut, que están viviendo de una manera muy dura. Además de que no les aumentaron el salario en un año, fueron reprimidos brutalmente el martes pasado con balas de goma y gases lacrimógenos, justo el día que esperaban el resultado de las paritarias. La situación financiera en la provincia es muy grave: muchos no llegan a fin de mes y hay quienes ni siquiera pudieron pagar el alquiler.
Sin exagerar, los impuestos allá insumen el 40% del salario de los maestros, que heroicamente tomaron de manera pacífica el edificio del Ministerio de Educación, pero no son los únicos: los estatales, los médicos, los judiciales, los compañeros de vialidad están conglomerados en lo que llamaron “la carpa de la dignidad”. Entendemos que Chubut es el principio, pero no la única provincia que sufrirá esta situación.
En la movilización y en toda la jornada de huelga le reclamamos al Estado que cumpla con las leyes de Paritaria Docente y Financiamiento Educativo. La discusión con el Gobierno Nacional por la primera es porque el Fondo de Financiamiento Educativo y el Fondo de Desigualdades Salariales deberían servir para asistir a cada provincia de una manera diferente, solventando los salarios docentes y mejorando infraestructuras, refuerzos nutricionales, equipos socioeducativos, y el sostenimiento de orquestas infantiles y coros que, lejos de mejorar, fueron desfinanciados. Para este desmembramiento general hay un porqué: el oficialismo incumple con el 6% del PBI que debe ser destinado a la educación.
Para quienes vivimos los 90, este contexto no es más que una película repetida que sabemos terminará muy mal. Por eso, el paro de hoy debe ser un llamado de alerta para que el Gobierno tome en cuenta, y no como la reunión que le pedimos al presidente en una carta que advertía la cruda realidad que se está viviendo en las escuelas, y por la cual seguimos esperando. Cada día son más los chicos y chicas que asisten a los comedores escolares y no sólo ha caído la calidad de los alimentos sino también la cantidad. ¡La situación es desesperante!
Lula una vez dijo que «los ricos no necesitan de los servicios de los municipios porque ellos ya tienen todo” y que “las políticas públicas son para el pueblo». Y tenía razón: nosotros debemos unirnos porque la única manera de defender nuestros derechos y a la escuela pública es en las calles. A pesar de que intentaron atacarnos, lo que han encontrado de esta parte ha sido siempre lucha, perseverancia y mucha mística, porque estamos convencidos de que la escuela pública enseña, resiste y también sueña.