10 agosto, 2009
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Diario de viaje

DÍA 1

Diario de viajeCuando a las once de la mañana se formó la ronda en el comedor para seguir, entre todos, poniendo las reglas de este viaje, muchas de las gargantas que en el Fútbol Popular siempre tienen voz, la perdieron por un momento. Muchos de los ojos que suelen reunirse para mirar mejor, se nublaron. Es que todos, todos los que formamos parte de esa ronda, y de las demás rondas, los que somos jugadores de Juveniles o Mayores y los que no, los que somos vecinos de Zavaleta y los que somos de otros barrios, los que viajamos y los que nos quedamos, nos dimos cuenta de que, aunque todavía faltaban un par de horas para salir, lo mejor del viaje ya lo habíamos hecho: proponernos entre todos hacer este viaje ¡y hacerlo!… ¡Y cómo! Siendo todos partícipes de la organización, teniendo claro el camino por el que llegamos, eligiendo trabajar en equipo, construir el viaje en colectivo, aunque esta vez también hubiera combis y autos, sin más sponsors que el del barrio, para que no pueda haber réditos personalistas, comerciales ni partidarios. Y para eso, todos participando de la construcción, desde la generación de la venta de rifas, hasta la organización de las actividades para cuando estuviéramos en Caviahue, desde prestar una campera hasta conseguir pantalones abrigados, desde empujar las combis de abajo hasta subirse a las combis cargando el equipaje para encastrarlo, desde soñar con el frío de las montañas cubiertas de nieve hasta cocinarse hasta las tres de la mañana para hacer empanadas y tortas fritas para el viaje, desde comprometernos a hacer una reunión hasta estar en la reunión siguiente habiendo hecho lo que se había asumido. Por eso la emoción, que no era sólo de la voz y de la vista, pero que los miles de dedos que escriben este diario no encuentran la manera de expresar mejor. El mayor sueño que podíamos tener del viaje, lo cumplimos antes de salir: hacer realidad La Gira Caviahue 2009 del Fútbol Popular de Zavaleta.

Con la satisfacción del objetivo inalcanzable cumplido y con el desafío de tanto más por cumplir, con el reencuentro entre algunos chicos que llevaban mucho tiempo sin verse porque alguno ya no vive más en las calles de Zavaleta, porque ya no vive más en la calle, pero con el mismo sentimiento de equipo y de amistad que lo apoyó en la lucha por conseguir sus derechos, en la lucha contra el paco, el pegamento y el hambre; con el regreso a un viaje del Fútbol Popular de otros compañeros que habían estado alejados, pero que nunca dejaron de ser parte del equipo, y con un aplauso, como cada vez que nos encontramos, terminó la ronda en el comedor. Y empezaron las sorpresas. Porque los pibes cumplían otro de sus sueños. Desde cada entrenamiento, desde cada rifa que vendieron, ellos mismos también generaron las camperas del Fútbol Popular de Zavaleta que estaban ahí. Y Alan se apuró, con la cara llena de sonrisa, a decir que fueran pasando de mano en mano, que se las fueran repartiendo entre todos. Y Matías sin marearse por empezar a girar hacia Neuquén, enseguida recordó que había que darles también a los que a último momento se habían enterado de que no podían viajar, por motivos personales, la nueva vestimenta oficial y popular, valga la ambivalencia, negra y blanca, con el escudo en el pecho y a la izquierda. Y las comisuras de los labios de Fabio buscaban juntarse con las de sus ojos mientras se ponía la campera. Y aunque la capucha tapaba una parte de la cara de Seba, no podía esconder la medialuna que dejaba ver casi todos sus dientes.

caviahue-2Todavía quedaba un rato para que llegaran las combis pero los jugadores vestidos de albinegro ya esperaban sobre Iriarte. Las montañas ya empezaban a formarse, y no sólo en la imaginación de un futuro cercano lleno de nieve, sino alrededor de cada uno que estuviera en esa esquina con todo el abrigo de la organización, el calor de la comida, las bolsas de dormir, las pelotas, los bolsos, los shampúes, el equipo de música… Montañas que habían ido creciendo desde la base y que de tan grandes demoraron más de una hora la partida, porque hubo que buscar en cada resquicio de los autos y de las combis para hacer entrar tanto esfuerzo colectivo; y tanto había, que hubo que poner en funcionamiento un portaequipaje que creía estar de vacaciones. La ansiedad crecía con la espera y el entusiasmo. Los 27 chicos intentaban acomodar todo bien rápido y ya se ubicaban ellos, junto a otros compañeros no tan chicos. De las ventanas de cada combi salía una bandera. Nueve mayores se subían a los dos autos y otros cuatro se iban a Retiro porque viajaban a Caviahue en micro, porque en el Fútbol Popular nadie se queda afuera. Aunque parecía que se iniciaba el movimiento y se apaciguaba la impaciencia, el movimiento ya había empezado hacía rato.

caviahue-3

Fueron 1500 kilómetros, 24 horas de viaje. Al principio había llovizna y era de día. Con el correr de los kilómetros apareció y despareció el sol. Se hizo de noche, aunque nunca dejamos de ver el camino. Compartir las tortas fritas, los sánguches, las empanadas, el jugo y el mate reflejaban cómo se había construido todo esto, con voluntad y trabajo, asumiendo las decisiones y las responsabilidades. Se hicieron las 12 de la noche y llegó el día del amigo, cuando habíamos parado en una estación de servicio. Y otra vez tocó compartir, golosinas y abrazos. Y los abrazos que se multiplicaban protegían más del frío de la noche que las calorías de los chocolates que se iban consumiendo. Y toda esa amistad siguió viajando y se hizo día. Y ya hacía horas que estábamos en Neuquén y ni una gota de nieve. Y ya habíamos visto muchas montañas y ni un copo. Y entonces empezaban las preguntas y las caras de desilusión. Que debe hacer mucho que no nieva, que no vamos a poder conocer la nieve, que todo lo que pensamos para hacer en la nieve no va a servir para nada, qué lástima… Cuando sólo faltaban 50 kilómetros, la esperanza de ver la nieve ya estaba totalmente derretida, pero tomamos una curva y a la vuelta de una montaña, enfrente apareció otra toda blanca que se reflejaba como en un espejo en el lago que le lava los pies. Cuando lleguemos y estemos instalados preguntaremos si el grito de todos al verlo se escuchó en Buenos Aires. Era inevitable parar en la playita de Loncopue, y correr hasta la nieve, por la nieve, sobre la nieve, para agarrar la nieve, y tirarnos la nieve. Todos nos ayudábamos a mirar, como nos había pasado la primera vez con el mar. Ahora era en 3D, y no sólo mirábamos ese mar imponente de naturaleza a lo ancho, a lo largo y a lo alto, también lo escuchábamos y nos escuchábamos en su eco. Menos de una hora faltaba para que nos recibiera Caviahue, a las dos y media de la tarde. No se sentía el frío ni siquiera en las manos húmedas y coloradas de tanto blanco que habían agarrado. Algunos hablábamos a los gritos por la emoción y otros no podíamos hablar, también por la emoción. La locura de decidir vivir lo que soñamos todos juntos, genera este tipo de reacciones.

DÍA 2

Hamacas Voladoras

Después del bombardeo blanco (y negro) en Loncopue, el viaje siguió su camino. Minutos más tarde, todo Caviahue fue testigo de la llegada del contingente de Zavaleta. Mientras el frío ingresaba por todos los espacios libres entre la ropa y el cuerpo, la escuela que nos hospeda (con una cancha de fútbol llena de nieve al ladito) recibió cálidamente al equipo y, minutos más tarde, un suculento almuerzo con tortas fritas y arroz con azafrán le dieron más calor y color a este viaje que recién comienza.

Una voz avisó de repente que Zavaleta tenía que apresurarse para subir a conocer la montaña. Con la comida recién digiriéndose, los pibes se levantaron de un salto y así arrancaron camino ascendente. No sabemos si el temblor de sus pies fue por el frío o el miedo que les daba subirse por primera vez a una aerosilla, o “hamaca voladora”, según Franco, y  ver, mientras se elevaban, cómo todo quedaba chiqutito allá abajo. Seguramente el sismo de las piernas no haya sido producto de las bajas temperaturas. Más si tenemos en cuenta que cada vez que la aerosilla se detenía en mitad de la elevación, desde el fondo de la cordillera se escuchaba el cantito popular: “¡Están todos cagados, están todos cagados!”.  Las risas no tardaron en llegar y el miedo dejó de existir apenas pisaron tierra firme. En lo alto de la montaña, para que el calor no se pierda, una rica, deliciosa y humeante chocolatada esperaba a los chicos.

La vuelta desde el cerro debía ser caminando, eran sólo unas cuadras que, de no mediar inconvenientes,  tardaríamos en hacerlas unos diez o quince minutitos nada más. Pero los chicos son los chicos y los no tan chicos también, y lo que tendría que haber sido un descenso medianamente rápido, tardó ¡DOS HORAS! Claro, la nieve estaba por todos lados, la emoción de los pibes desbordó y dio origen al segundo acto de ida y vuelta de bolas de nieve, infinita guerra de nieve, y a la aparición del primer jugador de Fútbol Popular de Zavaleta, nativo de la Patagonia: un muñeco de nieve con la remera blanca y negra que se inmortalizó en tierras neuquinas.

El final del día dos de este sueño hecho viaje se acercaba. La comida estaba preparada y, aprovechando la ocasión, en una mesa más grande de lo que era, todos brindamos por el día del amigo y este presente que nos encuentra unidos bajo el frío y la nieve del Sur. El sueño estaba cumplido. Matías, uno de los referentes del grupo y pionero a la hora de hablar, soltó las primeras palabras de una noche humanamente cálida: “Yo quiero brindar, también, por los que no pudieron venir”. Nico, acompañándolo, agregó: “Brindemos por todo lo que compartimos hasta acá”. Y Franquito, para completar, no pudo olvidar lo que hace unas horas atrás habían conocido: “¡Y también por la nieve, che!”. Para cerrar la ola de brindis, una de las vecinas que acompañan el proceso de los chicos, remató: “Brindemos por la amistad”. Amistad que se viene fortaleciendo año tras año, cada vez más, gracias al compromiso y el sacrificio de los chicos para sacar adelante al barrio, su barrio, junto con los demás barrios.

Con la excusa de ir a comer una picada, los chicos fueron a un salón donde los esperaba una gran fiesta por el Día del Amigo a la que también fueron chicos y chicas de Caviahue. Fiesta de Zavaleta en el Sur con todo lo que tiene que tener una fiesta: guirnaldas, luces de colores, música y DJ.

La emoción estaba en su punto más alto, pero todavía había un poco más. Alguien propuso ver un video de Caviahue para conocer un poco más en qué lugar estamos. Pero de golpe, apareció en la imagen, en letras blancas con fondo negro: «Zavaleta, Fútbol Popular». Todos nos sentamos para mirar con atención las imágenes que vendrían…

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Las lágrimas no paraban de brotar. El video que repasó en fotos todo lo vivido por este grupo: los viajes a la costa, conocer el mar, las Jornadas de Fútbol, la defensa de los barrios más castigados, las carreras por la memoria y la justicia, los entrenamientos semanales, los amigos, las esperanzas, el crecimiento y mucho más. Y ahora este grupo está en el Sur, sacando nuevas fotos, generando más recuerdos, conociendo la nieve, esparciendo el Fútbol Popular por el país, llevando la alegría, las sonrisas y los sueños, la verdadera cara de un barrio al que muchos quieren satanizar, pero que responde con éstas demostraciones de poder popular.

Mientras las lágrimas seguían rodando por las mejillas, una vecina de Zavaleta que donde había hambre levantó un comedor, se abrazó con una compañera y le dijo: “Por fin pudimos ver lo que siempre soñamos”. Fue un momento más que emotivo, indescriptible. A los pibes, que llegaron más alto de lo que esa aerosilla de la tarde los pudo elevar, les cayeron todas las fichas juntas de lo que habían logrado en grupo, con sacrificio, esfuerzo, compromiso, compañerismo y organización.

Así, con los ojos aún mojados de lágrimas de esperanzas y utopías, nos fuimos a acostar. A seguir soñando, pero esta vez también dormidos. Soñar con ver nevar mañana y con otra locura: hacer Esquí Popular.

DÍA 3

Día 3 - 1

Como si fuera poco, y en sintonía con lo alcanzado en lo que va de este viaje utópico, hoy despertamos en un Caviahue encandilante por el fenómeno meteorológico que consiste en la precipitación de cristales de hielo, más conocido como… ¡NIEVE! Sí señores, como en el sueño nocturno, la tormenta de copos no paró durante todo el día. Un buen desayuno nos preparó para lo que iba a ser un intenso día iluminado por todos los colores, envueltos en el blanco. Con una gran ansiedad, el grupo del Fútbol Popular de Zavaleta se multiplicó en dos, uno de trece chicos y otro de catorce, para encarar las actividades de un día inolvidable. Para la mayoría era la primera vez en un marco de montaña nevada, al que nos llevaron tantos abrazos y brazos de trabajo compartidos.

Día 3 - 4El grupo de trece emprendió su camino hacia el cerro para incursionar en el emocionante esquí alpino. Antes de la llegada, los pronósticos no eran los mejores: con este temporal no se va a ver nada, no se va a poder esquiar y va a tener que ser otro día…lo que los pronosticadores no sabían era que no había fenómeno climático que pudiera frenar la embestida de este grupo de Zavaleta ansioso de inaugurar la temporada de Esquí Popular, de la mano de quienes tienen las herramientas para explicarnos los primeros movimientos con esos aparatosos implementos enganchados en los pies. Contra todo augurio, aprendimos las nociones básicas del esquí. Además, todos los chicos estaban listos para utilizar el medio de elevación denominado “poma”, que los llevaría hacia lo más alto de una de las pendientes del cerro. Bueno, casi todos…a Horacio le llevó un tiempito adaptarse a esto del poma y lograr engancharse, no sin antes provocar un tambaleo general de todos los que estaban usándolo, al intentar sostenerse del cable principal que permite la elevación, en vez de hacerlo por donde corresponde.

Día 3 - 3Lo explicado apenas calzados los esquíes no impidió, sin embargo, que Robin olvidara momentáneamente una parte y se comiera dos árboles como colación de media mañana. El entusiasmo también hizo que muchos optaran por apagar bruscamente su sed con nieve en reiteradas ocasiones, en lugar de esperar a llegar a la cabaña donde más tarde almorzaríamos unos apetitosos sánguches de salame y queso. Seba, quizás en el desconcierto del hambre, luego de mucho ejercicio y ya en la cabaña, llegó a pedir “un poco de hielo” para calmar el dolor en una mano producido por una caída. Las risas, dicen, se escucharon también en Zavaleta. La jornada continuó luego del almuerzo y, a pesar de los pequeños accidentes, los pibes terminaron esquiando como si lo hubieran hecho durante toda la vida, jugando carreras, y aprovechando hasta el último segundo.

La experiencia del grupo de catorce chicos no tuvo nada que envidiarle a la del otro. Este reducido del Fútbol Popular de Zavaleta se destacó durante la mañana en la variante del esquí de fondo. A pesar del temporal de nieve que los azotaba, los pibes no dudaron en calzarse esquís y botas, un tanto más ligeras que las del esquí tradicional -lo que permite realizar ascensos-, y emprender una travesía por un bosque nevado. Luego de almorzar salchichas acompañadas por una exquisita ensalada de papa y huevo, de postre habría una fruta muy divertida: la banana… Día 3 - 7¡de nieve! Impulsada por una moto de nieve, la fruta inflable desparramó incansablemente a los pibes por la nieve, como Maradona a los ingleses en el ´86. Maxi, para no ser menos que sus compañeros que descendían las pendientes del cerro, “se dejó arrollar” por el artefacto parecido a un gomón, ingiriendo suficiente cantidad de nieve como para que descendiera tres cuartos de su nivel en Caviahue.

Llegaron las seis de la tarde y también el momento del reencuentro de los dos grupos. Unas horas después, un pastel de papas y varios juegos nocturnos le pusieron el moño a un día que parecía no querer irse a dormir. Entre los acordes de una guitarra y el resonar de las canciones, no nos cansábamos de intercambiar anécdotas, riendo a carcajadas ante el relato o la dramatización de cada caída, ni de emocionarnos juntos por lo vivido en un día que fue mucho más que 24 horas.

DÍA 4

caviahue-

Seguimos escribiendo la historia. Mientras el país sufre y se congela por la intensa ola de frío polar, en Caviahue nos ocurre exactamente lo contrario. Zavaleta no para. Nadie ni nada lo detiene. El huracán de 27 fueguitos avanza y avanza eludiendo cada obstáculo, entibiando la nieve, calentando los corazones, disfrutando. Hoy, acá, hizo nada más y nada menos que 9 grados bajo cero, ¡9 grados bajo cero! Pero la temperatura del nuevo día no fue impedimento para que las chicas y chicos vuelvan a desparramar alegría por la nieve y nieve por la alegría, como si cada centésima que desciende el termómetro fuera una inyección de energía.

bananaAl igual que en el tercer día, nuevamente la montaña tuvo actividades aunque, esta vez, intercambiadas: al grupo de trece pibes le tocaba divertirse con el esquí de fondo y la banana y al de catorce hacer esquí alpino. Ya en la primera experiencia, Chino, Nico, Matías y Robin volcaron, rodando por la superficie, y se tragaron toda la nieve de Caviahue, con banana y sonrisas incluidas. Más arriba, gracias a las mejores condiciones climáticas, el grupo que le tocó esquiar pudo ascender hasta la cima y, los que mejor se desenvolvían, lucir su destreza por pistas más avanzadas. Pero lamentablemente también tuvimos un grave Dia 4accidente: Mocola, entusiasmado por la velocidad con que se deslizaba por la nieve, incitó a su compinche la Tota a que se impulsara por una gran bajada. Ella se mandó sin dudarlo. El problema fue que no sabía frenar muy bien, menos tan rápido, y derrapó derechito hacia donde estaba su amigo con sus dos ojotes desencajados gritando ¡frená!, ¡frená!, ¡frenáááááááhhhhh!… hasta que la nieve y los tumbos le taparon la voz y la boca, con el saldo de una gran cantidad de llantos en los espectadores. Por las carcajadas. Al mediodía, el cerro tuvo un descanso, porque nos volvimos a reunir para almorzar y durante la tarde seguimos con la actividad. Entre abrazo y abrazo, luego de una mañana movida, el grupo de vecinas de Zavaleta tuvimos tiempo antes de la merienda para dar un paseo en aerosilla y así seguir afianzando la unidad barrial.

Día+4-4Tras el fútbol de la noche anterior, ahora tuvimos ping pong. Para mañana, la idea es hacer trineo y una excursión para conocer un volcán, mientras preparamos para la noche la fiesta de inicio de otra nueva etapa y el festejo de cumple de Robin. Después de un día agitadísimo y divertidísimo, en el que todos volvimos a crecer más allá de una montaña, y antes de que Matías se fuera a dormir en su cuna de nieve, nos esperaba, para abrigarnos todavía un poco más, un guiso de arroz con pollo para la cena y una frase de la Tota, que llenó el tanque de felicidad: “Che, La Poderosa está re buena, quiero seguir sumando…”

DÍA 5

Día 5 JPG

Lograr el desuso de frases hechas en el habla parecería una osadía que, de conseguirse, llevaría un tiempo prolongado. Años, décadas, quizá siglos, hasta olvidarlas por completo. Aunque esa teoría, como toda teoría sin compañía de la práctica, carece de sustento, y queda expuesta cuando existe un grupo, un equipo, un colectivo lleno de sueños que, con compromiso, corazón y voluntad, se une para definitivamente denunciar su ridiculez. Dice una de ellas que todo tiene un final. Pero esas palabras no contemplan cuántas cosas pueden hacerse en conjunto ni cómo un grupo de chicos del barrio de Zavaleta, con el apoyo de muchos detrás, podrían construir, en primera instancia, los recursos necesarios para viajar y, luego del primer paso cumplido, hacer de éste un punto de inflexión para seguir fortaleciendo a los barrios. De eso se trató la charla que tuvimos cuando amanecimos hoy, en la que en medio de la vorágine por la experiencia inolvidable, paramos la pelota y hablamos todos juntos sobre el valor que tiene vivir por un sueño y luchar para conseguirlo. Por este camino, con la intención de construir un mundo más justo, siempre unidos, y mirando hacia delante.

Día 5-4Tras la emotiva reunión que sirvió para consolidar aún más nuestros lazos, almorzamos fideos con hamburguesas y luego de la comida emprendimos camino a la montaña para disfrutar a pleno el último día de actividades en Caviahue. En la primera de cambio, todos ya estábamos subidos a la banana para seguir compartiendo y sumando segundos, tatuados de por vida en nuestras retinas y corazones. Enseguida nomás, se estableció un concurso entre hombres y mujeres para determinar qué grupo construía el muñeco de nieve más lindo. Mientras los chicos edificaron una escultura para el aplauso, las señoritas, pese a su mayor esfuerzo por ser originales, dibujaron en la nieve un bulto con más apariencia a un ovni que al característico muñeco de nieve. Antes de la merienda compuesta por galletitas, chocolate y mate manzana, Día 5-3subimos al cerro para llevar a cabo nuestra última actividad en las cumbres… por los menos en este viaje. Uh, pensamos en mate manzana, en lugar de mate cocido. Lo que pasa que tanto Claudio –el inventor del famoso mate manzana-, como todos los que no viajaron, están presentes en cada momento. Desde lo más alto del cerro, nos tiramos de culipatín sobre bolsas de residuos para un mejor deslizamiento. Y otra vez la innovación, la locura linda, las ganas de volar. Y vaya si volamos. La disciplina: saltos ornamentales. La modalidad: de cabeza en la nieve. El campeón de punta a punta: nada menos que Robín, en el día de su cumpleaños 16, que demostró ser un gran cabeza dura.

Mientras las vecinas de Zavaleta amasábamos pizzetas para la cena, Franco y Enzo se pusieron al frente de una ardua misión: recolectar mechones de pelo que cada uno de sus compañeros estuviese dispuesto a donar. Una vez más se vio reflejado el compromiso de los chicos por las distintas causas que van decidiendo afrontar. En esta oportunidad, el difícil, pero superado desafío, fue el de elaborar un flequillo para implantárselo a un calvo vecino del barrio.

Día 5-2Luego de la cena, esa nostalgia que sentimos por la última noche en Neuquén se cristalizó en la fiesta de no despedida. Con entusiasmo, con ilusión mirando el futuro, vimos un video con las fotos de muchos de los momentos de esta experiencia única, aunque no irrepetible. Porque con ese mismo esfuerzo puesto antes y durante el viaje, los eruditos que se encargan de componer los diccionarios se deberán replantear muy seriamente la idea de desterrar en este caso no una frase hecha, sino una simple palabra: imposible. Porque nada es imposible cuando buscamos con pasión alcanzar en grupo, en equipo, en colectivo, una meta, un horizonte, más allá de la distancia que aparente separarnos. Porque nada es imposible cuando hacemos del día del amigo todos los días. Y porque nada es imposible hoy salimos a la mañana de regreso a Zavaleta, para continuar pensando en el futuro y en todo lo que hay por hacer. Hasta luego Caviahue. Seguimos soñando, luchando, construyendo, unidos, y siempre juntos.

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6 comentarios sobre «Diario de viaje»

  1. A muchos, muchísimos kilómetros de distancia, y con una amplitud térmica casi abismal, cada noche leo intentando vivir aunque sea un poquito y a lo lejos, las emociones que están viviendo allá, todos juntos, como resultado del trabajo en equipo. ¡Y qué equipo!

  2. queridos chicos espero ansiosa que llegue la noche pora leer como an pasado el dia siempre con mucha emocion por las logros obtenidos con tanto esfuerzo.Lo lograron y es maravilloso ver la felicidad que tienen.sigan adelante no paren! gracias por hacerme sentir que se puede juntos todo se puede.Los felicito
    MGG

  3. ¡Y conocieron la nieve en su máxima expresión!!!
    Me alegro mucho por todo lo que estan viviendo.
    Disfruten y llenense los ojos y la mente de todas estas experiencias que se graban para siempre en nosotros.
    Felicidades a todos por el haber cumplido el sueño!!!
    Matias y a todos ¡feliz día de la amistad para Uds.!!!
    MJR

  4. que felicidad!!!! es increible chicos… lo que el trabajo ha llegado a lograr!!!
    Los felicito y acompaño en esta lucha por los sueños!!!
    Los felicito y los admiro!!! un abrazo muy fuerte y muchisimas pilas para seguir con esto… que emociona mucho y hace que todos tengamos esperanzas por un futuro digno!!!

  5. Q lindo chicos!!!, es increible…, pensar q esten alla, quizas muchos de ustedes ni se animaron a soñar con este viaje, y muchos otros se animaron, hicieron muuuuuucho para lograrlo, y nos demostraron (como dice el tema de Rosana) q la forma de llegar es IR MÁS ALLA DEL INTENTO…
    Espero q disfruten todo!!!

  6. Me alegro mucho que ya estén disfrutando de este maravilloso y esperado viaje.
    Les envío un cálido abrazo a todos y les deseo que puedan jugar y reir; conocer y admirar; divertirse y comprenderse; y soñar un futuro posible.
    Esperamos el próximo reporte.
    MJR

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