El viaje era largo (muy largo), pero el entusiasmo y la ansiedad, superaban cualquier barrera de kilómetros. Zavaleta y Barracas se preparaban para una nueva tarde a puro Fútbol Callejero…
Iniciada la travesía, ya en el micro, un show del chiste resultaba el mejor modo de pasar el tiempo y, de paso, borrar la pésima labor humorística de la última vez. Carcajada va, sonrisa viene, los minutos corrían rápido hasta que, por fin, General Rodríguez se cruzaba en nuestro camino. La hora de jugar y divertirse estaba cerca.
Chicos que corrían entre los árboles, chicas que hacían jueguitos en el playón y la música que destilaba ritmo, le daban marco a la cálida tarde de sol.
Dos partidos para Barracas, dos para Zavaleta, emoción, debate y reflexión para todos. Una nueva jornada de Fútbol Callejero llegaba a su fin, pero daba comienzo a una nueva experiencia enriquecedora para todos.
El sol ya se despedía, pero la música seguía. Así, nos fuimos cantando: “Ven báilalo / Ay ven báilalo / ven gózalo, ay ven gózalo / que la rumba está buena…”
